Todos cometemos errores, eso es lo fabuloso de ser seres humanos, perdonar y dar una segunda oportunidad es completamente una decisión de la persona que fue lastimada. Las segundas oportunidades pueden ser mejores que las primeras en algunas ocasiones, no será una tarea fácil, pero si se logran trabajar diversas áreas, es más probable que las relaciones mejoren. La virtud más grande que se tiene al dar una segunda oportunidad, es saber identificar por qué se creó la primera herida, y existen 4 razones para identificar si vale la pena darle una segunda oportunidad a ese alguien.
4 Razones por las cuales vale la pena intentarlo otra vez
1.- La causa de la ruptura: cuando tenemos una emoción muy arriba como la felicidad o bien, muy abajo como la tristeza, lo más recomendable es que no se tome ninguna decisión, porque luego resulta que con el paso del tiempo te puedes dar cuenta que el motivo por el cual terminaste tu relación no era para tanto, y por eso te has precipitado a tomar una decisión que en el fondo no quería tomar.
2.- El orgullo fue protagonista: a veces es normal que no te guste reconocer que otra persona tenía razón en algo que te dijo y que te dolió, por lo que tu respuesta es alejarlo de tu vida porque no te ha gustado la forma en la que te ha hecho ver las cosas.
3.- Hizo algunos cambios: si has notado que después de darse un tiempo separados, la otra persona ha tenido una evolución, y ha trabajado en aspectos de él mismo, eso quiere decir que ha alcanzado un grado de madurez y es probable que en esta ocasión tuvieran una mejor sintonía.
4.- Única vez: si el error se ha cometido por única ocasión por muy grave que haya sido, y esto ha conducido a tu pareja a un arrepentimiento total y que ves que es real, que quizá sería opción considerar si vale la pena tirarlo todo a la basura. Nosotras tenemos un sexto sentido para identificar cuando una persona y en especial tu pareja está siendo completamente honesto contigo, así que si identificas que está siendo completamente honesto, vale la pena que le des una segunda oportunidad.
Lo mismo que pasa en nuestras relaciones, pasa cuando adquirimos un producto nuevo, se me ocurre poner de ejemplo, que adquieres nuestro suero de pestañas y cejas, y llevas dos semanas utilizando el producto y un día decides dejarlo de usar porque decidiste que no funcionaba, estabas con la emoción abajo y fue un impulso tuyo, y esto no significa que el producto no funcione.
Te pongo otro ejemplo que pasa muy seguido, a veces compras algún producto que te promete maravillas, te ilusiona y al pasar el tiempo te das cuenta de que no era lo que esperabas, gracias a esa experiencia ahora pensarás que los demás productos no sirven, te volverás desconfiada y cuando encuentres un producto que realmente vale la pena, te costará trabajo creer en todo eso que te está prometiendo. Lo mismo pasa con las relaciones, el día que pases por alguna experiencia negativa, aunque haya pasado el tiempo te costará trabajo volver a creer a otra persona, es normal lo que debes entender es que no todas las personas son iguales, piensan igual o actúan igual.
Lo mismo pasa con los artículos que compras, así que debes tener una mente más abierta, centrada y ecuánime, para lograr identificar cuál es el motivo real, que te provoca esas sensaciones que hoy tienes hacia una persona o producto y puedas resolver ese tema para que no te afecte de más. Dar segundas oportunidades, no es una decisión fácil de tomar, tienes que tener en cuenta que una vez que otorgas ese beneficio, renuncias a la desconfianza, y te apegas a no volver a tocar el tema nunca más. Una vez que decides perdonar, ya no hay marcha atrás, es darle la vuelta a la página y seguir, lo complicado del proceso es tomar en cuenta que ya no es válido resucitar el tema, porque por eso decidiste perdonar. Así que antes de tomar la decisión de perdonar y dar segundas oportunidades, debes valorar si tienes la capacidad de seguir adelante como si nada pasara.
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