Sanar tu niño interior significa que abrazas tus heridas del pasado y las sanas para que hoy, tu parte adulta deje de atarse a heridas del pasado, que crean fantasmas alrededor de todo tu presente y no te dejan disfrutar de lo que hoy mereces disfrutar. Una forma de sanar esas heridas para que no te sigan lastimando o nublando tu visión, es escribir una carta a tu niño interior con todo lo que quisieras decirle, puedes tomar como ejemplo lo que te voy a compartir para que tú en tu carta digas todo lo que tengas que decir.
Hoy te escribo a ti (tu nombre) mi niña (o) interior, viéndote desde un rincón obscuro de la casa con una media luz que parece que estoy en penumbras. Hoy te veo y creo que no me reconocerías, yo apenas y puedo recordar muchas cosas de ti, solo me gustaría decirte que el proceso que viviste, no lo merecías, lo necesitabas para que tuvieras el conocimiento que hoy tienes. Hoy cómo adulto, me doy cuenta de que muchas de las experiencias que viviste no estuvieron en tu control, por lo tanto te libero de toda culpa que puedas sentir por no defenderte, solo quiero que sepas que no podías hacerlo, y los adultos que a tu cargo estuvieron, son los responsables de las heridas que tienes, pero no los culpes, ellos no tienen conciencia hasta la fecha, de las cosas que tienen que sanar para no seguir hiriendo a los demás. No fue tu responsabilidad en aquellos años, pero si es tu responsabilidad en el presente sanar esas heridas para que no le transmitas a tus hijos lo mismo que tú viviste cuando niña (o), hoy por eso he decidido hacerme cargo de esto que nos sigue lastimando.
Quiero decirte que me estoy haciendo responsable de sanar tu alma, estoy consciente que todavía me falta mucho por trabajar, pero hoy quiero comprometerme contigo a que pronto esas heridas que aún te duelen ya no las sientas y así podamos avanzar a un mundo de plenitud y podamos estar sin miedo. Sé que muchas cosas las sigo sin entender, y sigo aprendiendo, pero lo hoy sí sé, es que jamás voy a permitir que te vuelvan a herir. Te pido perdón porque no debiste sufrir tanto, te pido perdón por no saberte entender antes, por no saberte escuchar, por no saberte proteger, yo estaba descubriendo todo eso que nos duele y hoy que estoy consciente de todo eso, pretendo curarte, pero no olvidarte, quiero que sigas viviendo en mí. Hasta que deje de existir, no quiero que sientas que voy a permitir que te lastimen, es mi trabajo y mi deseo protegerte, cuidarte y darte las gracias por todo eso que me has permitido vivir y disfrutar, porque no todo fue sufrimiento, algunas veces nos divertimos mucho, como la vez que espantaste a tu abuelita con la corneta, y demás anécdotas que vale la pena recordar, nos reíamos mucho como hasta ahora y te prometo que trataré que siempre estemos riendo, disfrutando de las cosas de la mejor forma para que te sientas feliz, en armonía y con plenitud.
Gracias por tanta fortaleza, por soportar cosas que no debiste, por guardar silencio tanto tiempo, por no decir que te molestaba, por no pedir nada, por amarme a pesar de que te di la espalda por tanto tiempo, era más fácil ignorar tu sufrimiento, que preguntarte qué era lo que te dolía por eso eran esos ataques de ira, no quería escuchar tu voz gritándome que no tenía por qué dejar que me humillaran otra vez, hoy entiendo que cada súplica a familiares, amigos y parejas era tu miedo de ser abandonada, los años que no socialice con las personas eras tú deteniéndome porque tenías miedo a que nos lastimaran. Sé que todas esas veces que tuviste arrebatos, que hiciste berrinche, que hiciste una rabieta, eran solamente esas herramientas que tenías a tu alcance como niño, pero esas ahora a mí, ya no me sirven porque soy un adulto, he evolucionado y he querido crecer para poder sanar a ti. Me atreví a escucharte, a mirarte y por eso tomé la decisión de ponerle fin a nuestro sufrimiento y de esta forma seremos por fin felices. Sé que has intentado liberarme de cadenas del pasado para que pudiéramos disfrutar de un mejor futuro. Hoy quiero hacerte una promesa y quiero comprometerme contigo a que nunca más volverás a estar sola (o), hoy que ya he decidido voltearte a ver y escucharte, te libero del peso del pasado y me hago responsable de mí y a partir de hoy, seré quién dirigirá mi vida, prometo deja de huir, prometo ir de frente sin agachar la cabeza jamás, prometo acercarme a la oscuridad y decirle que tú y yo ya no vivimos ahí, los recuerdos jamás volverán a limitarnos y no seguirán controlando nuestra vida. Prometo aceptarme tal cual soy, no permitiré que las opiniones ajenas me hagan sentir menos, a nuestros deseos, añoranzas y necesidades les voy a prestar atención, jamás te voy a volver a ignorar, tomo tu mano y te llevaré a conocer un mundo diseñado totalmente para que lo disfrutes y te olvides de todo el dolor que has pasado y has tenido que soportar. Te amo y te amaré siempre, cuidaré de ti como el adulto responsable que soy, y te daré todo el cariño, amor, atención y protección que antes no tuviste y jamás volveremos a estar lejos el uno del otro. Es una promesa…
Una vez terminada esta carta te vas a sentir liberada de todas las emociones que se han mantenido contenidas en tu ser, al momento de que inicies a cuidar a tu niño interior, es necesario que también comiences a cuidarte más, que tu carita refleje todo ese cambio que estás haciendo internamente, y que tu mirada sea la que refleje que tu alma está sana. Una opción increíble para que tu mirada luzca diferente es nuestro suero para pestañas y cejas XiC Enhancer, que va a nutrir, fortalecer, e hidratar cejas y pestañas para darle ese aspecto joven a tu rostro. Además de estos beneficios, el suero le dará a tus pestañas un efecto de mayor longitud y volumen para que luzcan largas naturales, te aseguro que te van a preguntar todas tus amigas ¿qué fue lo que hiciste con tus pestañas?
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